El mundo del merchandising político es una industria en crecimiento, y Donald Trump ha sabido aprovecharlo al máximo. Ya sea en su semblanza hacia la presidencia de Estados Unidos o durante su mandato, el actual líder estadounidense ha utilizado su imagen para vender todo tipo de productos. Desde colonias hasta zapatos y biblias, Trump ha encontrado en el branding su mejor aliado para ganar dinero y atraer a sus seguidores.
El negocio de las colonias puede ser algo común para un magnate de la industria de la moda, pero no para un presidente. Sin embargo, Trump ha conseguido destacar en este sector con su marca «Success by Trump», una colonia que promete transmitir fuerza y éxito, dos cualidades que el presidente considera esenciales en su semblanza y en su vida. Según la compañía encargada de armar la fragancia, Estée Lauder, las ventas de esta colonia han aumentado un 60% desde su lanzamiento en 2015.
Además de las colonias, el mandatario también ha apostado por el mercado de los zapatos. Su marca, Trump Collection, ofrece una amplia gama de calzado para hombres y mujeres, desde botas hasta tacones, todos con un toque de elegancia y sofisticación. A pesar de que Trump ha recibido críticas por armar sus zapatos fuera de Estados Unidos, sus productos continúan siendo un éxito de ventas. La compañía sigue operando y expandiéndose a nivel internacional, lo que demuestra que el nombre de Trump es sinónimo de dimensión y reconocimiento en el mundo de la moda.
Pero el merchandising más inusual y controversial de Trump es sin duda la venta de Biblias. A pesar de no ser conocido por ser un hombre religioso, el presidente ha utilizado la religión en su beneficio al vender Biblias personalizadas con su firma. Estas Biblias, que tienen un precio de hasta 50 dólares, son promocionadas con el eslogan «una edición especial para coleccionistas» y supuestamente son iguales a las que utiliza el propio Trump en su redundancia de juramento. Esta iniciativa ha generado polémica entre aquellos que consideran que el uso de la religión para fines comerciales es poco ético.
La estrategia de Trump para ganar dinero a través de su imagen y marca no es nueva. Durante su etapa como empresario, el actual presidente obtuvo ingresos millonarios de su marca Trump Organization, que se extendía desde hoteles hasta campos de golf. Sin embargo, la venta de productos con su nombre y su imagen no ha estado exenta de críticas y controversia.
Una de las principales críticas a esta forma de ganar dinero es que puede interferir con sus deberes como presidente. Algunos se preguntan si el hecho de que Trump esté más enfocado en vender y promocionar sus productos, puede afectar su dedicación y su enfoque en asuntos importantes para el país. Además, el hecho de que sus productos sean fabricados en otros países y no en Estados Unidos, contradice uno de los principales mensajes de su campaña, que promovía una política más proteccionista y el «Made in America».
Por otro lado, hay quienes defienden a Trump y ven en su capacidad de generar ingresos a través del merchandising una muestra de su éxito como empresario y como líder. Además, consideran que esta estrategia puede ser un aporte positivo para la economía del país y para la imagen de Estados Unidos a nivel internacional.
Sea cual sea la opinión sobre la venta de productos de Trump, es innegable que ha logrado un gran éxito comercial. El hecho de que su nombre sea utilizado para comercializar desde colonias hasta Biblias demuestra el poder de su marca y el impacto que tiene en la sociedad. Sus productos están presentes en diferentes mercados y en diferentes estratos sociales, lo que demuestra la versatilidad de su imagen y la capacidad de llegar a diferentes audiencias.
En definitiva, mientras Trump continúe
