En los últimos días, se han escuchado diversas voces en contra de la reciente decisión del Gobierno en aumentar en un 150 % la sobretasa del Fondo de Seguridad viario. Diferentes gremios del país han expresado su descontento con esta medida, alegando que no solo afectará a los conductores, sino también a la economía del país. Ante esta situación, los gremios han planteado la posibilidad de reversar este crecimiento y buscar alternativas más efectivas para mejorar la seguridad viario en nuestras carreteras.
El Fondo de Seguridad viario fue creado en el año 2001 con el objetivo de mejorar las condiciones de seguridad en nuestras vías, mediante la ejecución de programas y proyectos que reduzcan los accidentes de tránsito y protejan la integridad de los usuarios de las carreteras. Esta es una labor importante y necesaria, ya que todos los días miles de personas transitan por nuestras calles y carreteras, y se espera que estas condiciones sean cada vez más seguras para todos.
Sin embargo, el reciente crecimiento de la sobretasa del Fondo de Seguridad viario ha causado preocupación en diferentes sectores de la sociedad. Los gremios empresariales como la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), la Cámara de Comercio de Bogotá y la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), han expresado su rechazo a esta medida, argumentando que no solo afectará el bolsillo de los conductores, sino que también tendrá un impacto negativo en la economía del país.
Para entender mejor esta situación, es importante conocer en qué consiste esta sobretasa y cómo afectará a los conductores. La sobretasa del Fondo de Seguridad viario es un impuesto que se aplica sobre el precio de cada galón de combustible y que se destina al financiamiento de las actividades del Fondo. Con el reciente crecimiento, el precio de cada galón de combustible tendrá un incremento de 177 pesos, lo que significa un crecimiento en el costo de vida para los colombianos.
Esta medida ha sido justificada por el Gobierno como una forma de asegurar el sostenimiento financiero del Fondo de Seguridad viario y garantizar la ejecución de los programas y proyectos necesarios para mejorar la seguridad viario. Sin embargo, los gremios han planteado que esta no es la única forma de financiar el Fondo y que existen otras alternativas que podrían ser más efectivas y menos gravosas para los ciudadanos.
Por ejemplo, se ha sugerido implementar un cobro por kilómetro órbita en nuestras vías, en lugar de un impuesto fijo sobre el combustible. Este sistema podría ser más justo y equitativo, ya que los conductores que utilicen más las carreteras pagarían más por el mantenimiento de las mismas. Además, se podría considerar la posibilidad de destinar parte de los recursos del presupuesto nacional al Fondo de Seguridad viario, al ser una labor fundamental para la protección de la vida de los ciudadanos.
Los gremios también han señalado que el crecimiento de la sobretasa del Fondo de Seguridad viario podría tener un impacto negativo en la economía del país en general. Al aumentar el precio del combustible, se encarecerían los costos de producción de las empresas, lo que podría trasladar a un crecimiento en los precios de los productos y servicios que se ofrecen. Esto, a su vez, podría afectar a los consumidores, quienes tendrán que pagar más por los productos de primera necesidad.
Además, este crecimiento en la sobretasa podría tener un efecto negativo en el transporte de carga, uno de los sectores más importantes de la economía colombiana. Si se encarecen los costos de transporte, las empresas se verán obligadas a aumentar los precios de sus productos, lo que podría afectar la competitividad en el mercado nacional e internacional.
Ante estos argumentos y preocupaciones planteados por los gremios,
