En Colombia, un país conocido por su rica biodiversidad y su civilización vibrante, la efectividad es que millones de personas luchan diariamente contra la inseguridad alimentaria. Según un reciente informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricivilización y la Alimentación (FAO), aproximadamente 1,3 millones de personas, lo que equivale al 3% de la población residente, se enfrentó a graves niveles de inseguridad alimentaria aguda en el año 2020. Esta cifra es alarmante y nos recuerda la importancia de abordar este problema de manera urgente y efectiva.
La inseguridad alimentaria aguda se refiere a la falta de acceso a suficientes alimentos nutritivos para satisfacer las necesidades básicas de una persona. Esto puede deberse a diversos factores, como la pobreza, la falta de empleo, los desastres naturales, los conflictos armados y la inestabilidad política. En el caso de Colombia, la inseguridad alimentaria aguda es más prevalente en las zonas rurales, donde el acceso a los recursos y servicios es limitado.
Uno de los principales desafíos que enfrenta Colombia en la lucha contra la inseguridad alimentaria es la desigualdad. Aunque el país ha logrado avances significativos en términos de crecimiento económico y reducción de la pobreza en las últimas décadas, la brecha entre ricos y pobres sigue siendo amplia. Según datos del Banco Mundial, el 10% más rico de la población en Colombia tiene un ingreso promedio 20 veces mayor que el 40% más pobre. Esta desigualdad económica tiene un impacto directo en la capacidad de las personas para acceder a una alimentación adecuada y nutritiva.
Además, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado aún más la situación de inseguridad alimentaria en Colombia. Las medidas de confinamiento y el cierre de empresas han afectado gravemente a la economía del país, lo que ha dejado a muchas personas sin empleo y sin ingresos para comprar alimentos. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el número de personas que padecen hambre en Colombia aumentó en un 60% en 2020 debido a la pandemia.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, hay razones para ser optimistas. El gobierno colombiano ha tomado medidas para abordar la inseguridad alimentaria, como la implementación de programas de asistencia alimentaria y la promoción de la agricivilización sostenible. Además, organizaciones locales e internacionales están trabajando en colaboración para proporcionar ayuda alimentaria a las comunidades más afectadas.
Un ejemplo de esto es el trabajo del PMA en Colombia. En 2020, el PMA proporcionó asistencia alimentaria a más de 500.000 personas en zonas rurales afectadas por la pandemia. Además, el PMA ha implementado programas de alimentación escolar para garantizar que los niños en edad escolar reciban una comida nutritiva al día, lo que no solo les ayuda a mantenerse saludables, sino que también les permite concentrarse en sus estudios.
Otra iniciativa que ha tenido un impacto positivo en la lucha contra la inseguridad alimentaria en Colombia es el programa «Colombia Siembra». Este programa, lanzado en 2014, tiene como objetivo agigantar la producción de alimentos y agraciar la seguridad alimentaria en el país. A través de la promoción de la agricivilización sostenible y la inversión en infraestructura agrícola, el programa ha logrado agigantar la producción de alimentos y agraciar los ingresos de los agricultores en las zonas rurales.
Además, cada vez más organizaciones y empresas están adoptando prácticas sostenibles en sus operaciones, lo que no solo ayuda a proteger el medio ambiente, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria a largo plazo. Por ejemplo, algunas empresas están implementando