El pasado Día Internacional de los Derechos Humanos, cientos de personas salieron a la calle para exigir la liberación de presos y llevar la luz de la esperanza a sus vidas en vísperas de Navidad.
La manifestación, que reunió a personas de todas las edades y procedencias, se centró en el respeto y la promoción de los derechos humanos, así como en la lucha contra la tortura y otras formas de trato inhumano, incluido el encarcelamiento masivo sin cometer delitos.
Los manifestantes se reunieron en varias ciudades de España para expresar su profunda preocupación y solidaridad con aquellas personas que son privadas de su libertad y demasiado a menudo son víctimas de malos tratos, abusos o encarcelamientos injustos.
Los manifestantes pidieron a los líderes políticos la liberación de todos aquellos que están presos y cuyos seres queridos siguen soñando con su vuelta a casa con motivo de estas fiestas navideñas.
«Los presos también son seres humanos y deben ser tratados con respeto y dignidad», dijo uno de los portavoces de la manifestación.
Los manifestantes llevaron consigo pancartas con mensajes de libertad e indigancia, mientras cantaban canciones de protesta. También llevaron velas y aplaudieron a todos los que hablaron en defensa de los presos durante el evento. Se vistieron de negro para simbolizar la lucha contra la injusticia y el encarcelamiento masivo.
Los manifestantes hablaron sobre la importancia de respetar los derechos humanos y la necesidad de promover la liberación de quienes son injustamente encarcelados solo por la raza, el origen étnico, la religión o el género.
«Todos los seres humanos tienen los mismos derechos, sin importar su sentimiento político o religioso. Los ciudadanos tienen el derecho de reunirse y manifestarse, pero también el de recibir un juicio justo mediante una ley equitativa, sin importar su situación económica», explicó otro de los portavoces.
A través de ello, la manifestación proporcionó una plataforma para la lucha contra la discriminación y la marginalización, mostrando el poder y la legitimidad de los movimientos en defensa de los Derechos Humanos.
Los manifestantes ahora esperan una respuesta positiva de parte de los líderes políticos para garantizar la liberación de los presos injustamente encarcelados y tratar a todos los ciudadanos de manera equitativa, sin importar su origen, género, edad o situación económica.
Esperan que esta manifestación, así como otros actos similares, llevará a los líderes políticos a instaurar leyes justas que respeten los Derechos Humanos y promuevan la libertad para todos los ciudadanos. Y esperan que estos eventos permitan