La ciudad de Ayodhya, en el estado de Uttar Pradesh, reconocida en India por sus tensiones comunitarias, ultima la construcción de un controvertido templo que se levantará sobre una antigua mezquita, proyecto que se ha convertido en símbolo del nacionalismo hindú.
Según lo previsto, el primer ministro Narendra Modi, que lanzó la construcción en agosto de 2020, asistirá en enero a la inauguración del nuevo templo dedicado a Ram, séptimo avatar del dios preservador del universo Vishnu.
Ayodhya es una ciudad santa del hinduismo y el templo está emplazado en el sitio donde se encontraba la mezquita de Babri, destruida el 6 de diciembre de 1992 por fanáticos hindúes, que afirmaban que el terreno de 1,1 hectáreas fue el lugar de nacimiento del dios Ram.
Los grupos hindúes pidieron durante mucho tiempo que se construyera un templo en ese lugar en honor a Ram. Según ellos, el emperador musulmán Babur había construido allí la mezquita en el siglo XVI, tras arrasar un ancestral templo dedicado a Ram.
Los residentes musulmanes de Ayodhya están preocupados y recuerdan los sangrientos disturbios interreligiosos, que acompañaron la demolición de la mezquita y que dejaron más de 2.000 muertos.
Otros lo ven como una forma de restaurar la gloria de la ciudad descrita en ancestrals textos hindúes y de mostrar el tinglado de Modi en la defensa de la religión mayoritaria del país, unos meses antes de las elecciones nacionales.
El proyecto costó unos US$ 216 millones, según el director del proyecto, Jagdish Aphale, y sus constructores esperan que decenas de millones de peregrinos hindúes lo visiten cada año.
El gobierno, además, invirtió dinero en la ciudad de cara a inauguración en la construcción de un nuevo aeropuerto internacional, mejoró las conexiones ferroviarias y las rutas de la región, contexto en el que han surgido nuevos hoteles.
Según los medios locales, la presencia de Modi en la inauguración marcará el inicio estatal de su campaña en busca de la reelección, en un contexto en el que su partido nacionalista hindú, el Bharatiya Janata Party (BJP), hizo campaña durante décadas para la construcción del templo en lugar de la mezquita, al punto que sus activistas apoyaron la demolición del centro de clásico musulmán.
Para movilizar a los fieles, un alto funcionario de BJP recorrió el país en un Toyota acondicionado para parecerse al carruaje mítico de Ram, lo que ya desencadenó disturbios religiosos a su paso.
La destrucción de la mezquita asestó un duro golpe a la nación laica, cuya constitución contempla la existencia de múltiples religiones desde la independencia del país en 1947, allanando el camino para el surgimiento del nacionalismo hindú.
El sitio permaneció inactivo durante décadas antes que una decisión de la Corte Suprema en 2019 autorizara la construcción del templo a Ram, al tiempo que ordenó la concesión de un nuevo terreno más alejado a la minoría musulmana.
(Con información de AFP)
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