TOCORÓN, VENEZUELA – Claudia*, de 27, vivía desde hace tres años en el interior de la hasta ahora temida cárcel venezolana de Tocorón, cuando de repente el recinto fue tomado por miles de militares y policías movilizados como parte de un operativo para “desovar fin” a la delincuencia organizada que ha venido operando desde esta prisión de Venezuela.
Claudia no es reclusa ni enfrenta proceso alguno ante la justicia, pero vivía allí junto a su esposo, quien fue condenado a privación de libertad por una causa que no quiso delimitar por razones de seguridad.
La cárcel de Tocorón, descrita como una “pequeña ciudad" por las familias de los detenidos, era el principal centro de operaciones de la banda criminal Tren de Aragua, que tiene presencia en países de América Latina y que está dedicada al secuestro, la extorsión, homicidios y otros delitos.
"Tocorón se acabó", sentenció el jueves Remigio Ceballos, ministro de Relaciones Interiores de Venezuela, en una rueda de prensa donde detalló que hay cuatro agentes de seguridad detenidos.